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sábado, 18 de febrero de 2012

Las bibliotecas de la antigua Mesopotamia

 En Mesopotamia se escribía principalmente en tablas de arcilla, generalmente rectangulares, que se dejaban secar al sol o se cocían después de haber escrito en ellas. Las tablillas se identificaban por el colofón, en el que figuraban las palabras con las que comenzaba la obra. A veces se añadía el nombre del propietario de la tablilla, y el del escriba. Estas tablas se guardaban lejos del suelo, en cajas de madera o cestos de mimbre a lo largo de las paredes en las habitaciones centrales dentro de los palacios. Las tablas se ordenaban por diferentes materias, por su importancia. En el dintel de la puerta de acceso se grababan los comienzos de las obras que estaban en esa habitación. Las bibliotecas más famosas fueron la de Nippur, mencionada anteriormente, la de Ebla y la de Asurbanipal.


E    La biblioteca de Ebla

La ciudad de Ebla se situaba cerca del puerto de Ugarit. En 1975 se descubrieron en el palacio dos habitaciones con 20000 fragmentos de tabletas colocadas de acuerdo con su forma y contenido en estanterías de madera adosadas a las paredes. En esta biblioteca ya había una clasificación de los materiales, las tablillas tenían una especie de signatura en el lomo para hacer más fácil su localización.

E    La biblioteca de Asurbanipal

Se llamó así en honor de su fundador, soberano del Imperio Asirio cuya capital fue Nínive. A este rey se le atribuye la colección y preparación de una edición definitiva de literatura cuneiforme. Asurbanipal mostró una gran afición por los textos antiguos y organizó un escritorio en su palacio en el que se copiaron muchos textos.

La biblioteca de Asurbanipal se instaló en el Palacio Real y después de la caída de Nínive permaneció oculta hasta que en 1845 la descubrió el arqueólogo inglés Sir Austin Henry Layard. Actualmente se encuentran muestras de esta biblioteca en el Museo Británico de Londres.

Las tablillas de arcilla se clasificaban por materia y se las identificaba por marcas ubicadas dentro de la colección. Existía un “catálogo” que contenía los fondos existentes, donde se registraba la variedad de temas abarcados en la colección: exorcismos, recetas médicas, presagios astrológicos, etc.