El 5 de noviembre de 1922 un arqueológo británico, Howard Carter, estaba en el Valle de los Reyes de Egipto, buscando la tumba de Tu tankamón. Lo que encontró fue la puerta que con- ducía a una nueva tumba.
Acababa de dar el primer paso. Una escalinata, un pasadizo y la tumba real, con “animales extraños, estatuas y oro, por todas partes el brillo del oro”, según Carter.