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jueves, 8 de marzo de 2012
La pirámide escalonada
Con sus seis plantas de casi 58’70 metros, (originalmente 60 metros) una longitud de 123 metros de este-oeste y 107 metros de norte-sur, simboliza una gigantesca escalera que facilita la ascensión al cielo del alma del faraón.
La pirámide fue el resultado de numerosas modificaciones.
En un principio fue una simple mastaba construida sobre un pozo funerario de 28 metros de profundidad, donde se hallaba la cámara sepulcral, seguida de una serie de galerías destinadas al ajuar funerario y un complejo de estancias y corredores adornados con baldosas de fayenza azul, que constituía la cámara funeraria, morada del ka real.
En el lado oeste fueron excavados once pozos de 32 metros de profundidad, destinados a las esposas e hijos del rey. Una serie de estructuras constituían un complejo piramidal, como el muro en piedra caliza clara de Tura y el templo funerario.
En la parte meridional del muro, se hallaba una tumba secundaria, su función, aun incierta se supone que podía servir para la sepultura de las vísceras . El muro delimita una superficie de 15 hectáreas, con una altura media de unos 10,50 metros. Hay una única puerta de acceso situada en la parte suroriental dando paso a través de un estrecho pasadizo a un largo corredor, flanqueado originalmente por una doble hilera de veinte columnas fascioladas de unos 6,60 m de alto y ahusadas en su parte superior. Desde aquí se entra a una sala hipóstila transversal con ocho columnas unidas dos a dos por bloques calcáreos.
Las mastabas
Las mastabas o “banco”, eran tumbas rectangulares y de estructura trapezoidal que cubrían el pozo y la cámara sepulcral donde estaba el cadáver. La construcción formaba parte de un complejo donde también se encontraba una capilla a ras del suelo para las ofrendas y una falsa puerta en el lado oriental cuya finalidad era permitir la salida y entrada del alma del faraón.
El templo egipcio
Como en cualquier religión el templo egipcio representaba la casa del dios, el templo debía ser indestructible ya que era la residencia de los inmortales.
El templo se construía para albergar la imagen del dios y como lugar en el que los sacerdotes oficiaban sus ritos. A diferencia de las religiones posteriores no era un lugar de culto y de hecho el pueblo no podía acceder más que a ciertas dependencias exteriores.
El templo se construía para albergar la imagen del dios y como lugar en el que los sacerdotes oficiaban sus ritos. A diferencia de las religiones posteriores no era un lugar de culto y de hecho el pueblo no podía acceder más que a ciertas dependencias exteriores.
Momias de animales
Los antiguos egipcios, además de embalsamar los cuerpos de sus difuntos, también momificaban a sus animales. Lo hacían principalmente por motivos religiosos. Aunque era tal el cariño que sentían hacia sus mascotas (perros, gatos, etc.) que les llevaron a embalsamarlos e incluso a enterrarlos junto a sus propietarios.
En algunos animales, los egipcios veían la representación de sus dioses. Cada dios tenía un animal asociado a él, al cual se consideraba sagrado. Así, el dios Ptah podía manifestarse en un toro o el dios Sobek en un cocodrilo. A estos animales divinizados se les rendía culto en vida, y cuando morían se les preparaba un fastuoso entierro, en el que se les momificaba, se les dotaba de su sarcófago y de un ajuar repleto de joyas. Incluso existieron necrópolis destinadas a estos animales.
miércoles, 7 de marzo de 2012
El Libro de los Muertos
Al igual que el sol, que cada día desaparece para renacer a la mañana siguiente, el hombre muere para despertar a una nueva vida. Pero ese renacimiento no está exento de peligros...
Uno de los documentos más valiosos para conocer la religiosidad de los antiguos egipcios es el Libro de los muertos. Se trata de una colección de breves textos relacionados con la muerte, de la que se han hallado numerosos ejemplares en los sepulcros antiguos. Titulado en realidad Libro para salir a la luz del día, su contenido es muy variado. Lo que le da coherencia es el afán de cubrir las distintas etapas por las que se creía que pasaba toda persona después de su fallecimiento. Así, en primer lugar se encuentran las plegarias recitadas durante la ceremonia de sepultura por los familiares y allegados. Luego se transcriben las fórmulas de exorcismo y sortilegio que el difunto, después de salir de la momia como si ésta fuera una crisálida, debía pronunciar al entrar en el Más Allá, para superar los diversos obstáculos que le salen al paso o responder a guardianes de las puertas que debía atravesar. Igualmente, se ofrecía una descripción poética de la vida de ultratumba, con gran riqueza de detalles. Y por último se relataba la glorificación del alma en su viaje sobre la barca del dios Re, atravesando el cielo sobre Egipto hasta llegar al tribunal del dios Osiris, donde el corazón del suplicante (equivalente egipcio del alma) sería pesado para determinar si merecía la vida eterna.
Osiris, Isis y Horus
Osiris, Isis y Horus
Osiris era un dios más alto que los humanos. Tomó por esposa a su hermana Isis, diosa de la Luna.
Osiris edificó los primeros templos y esculpió las primeras imágenes divinas, enseñando de este modo a los seres humanos lo que eran los dioses.
Le llamaban “el bueno” porque era enemigo de la violencia.
Pero no transcurrió mucho tiempo antes de que Osiris fuera víctima de un complot por parte de su malvado hermano menor, Set, que estaba celoso de su poder.
Invitó a Osiris a un banquete y después lo asesinó, encerrando el cadáver en un arca que después arrojó al Nilo.
Isis se puso en camino de Biblos, sacó el cofre del tronco y lo llevó de regreso a Egipto, pero Set, conociendo lo que se estaba tramando, fue en busca del arca al pantano donde Isis lo había escondido, lo abrió y descuartizó el cadáver de su hermano en catorce pedazos, esparciéndolos por todas partes.
Cuando Isis oyó la noticia de que Osiris había sido asesinado, se lanzó a la búsqueda del cofre.
Isis buscó los preciados fragmentos de su esposo y los encontró todos , la diosa reconstruyó el cuerpo de Osiris uniendo todos los fragmentos .
Después realizó los ritos de embalsamamiento para que el dios asesinado pudiera regresar a la vida eterna.
EL CALENDARIO EGIPCIO
El año egipcio tenía 365 días, desde aproximadamente el año 4.241 A.C., divididos en doce meses de treinta días cada uno, al que tuvieron que añadir cinco días debido a la no coincidencia entre el calendario y la rotación de la Tierra.
Los días se dividían en 24 intervalos, que equivalían a las 24 horas actuales.El día, considerado como el tiempo de luz natural, se dividía en 12 partes iguales, y la noche en otras 12. Las horas diurnas eran de duración más larga que las nocturnas y además cada intervalo variaba según la época del año.
ESTACIONES, SEGÚN EL NILO
El Nilo marcaba las estaciones según sus inundaciones, en tres estaciones de cuatro meses de duración cada una:
" Inundación o Akhet
" Siembra o Peret
" Maduración de la cosecha o Shemu.
La causa de la inundación era el hecho de que entre mayo y junio caen las lluvias monzónicas en la zona abisinia, con lo que aumenta el caudal de una de sus fuentes considerablemente, el Nilo Azul. En julio aumentaban las aguas y se desbordaba en agosto y septiembre. Durante esta época, en el Akhet, los campesinos trabajaban construyendo templos y pirámides.
En octubre comenzaba el peret, o siembra de los cultivos en las tierras que el Nilo había fertilizado, para cosechar entre marzo y junio, en el shemu, volviendo a comenzar de nuevo el ciclo.
Los días se dividían en 24 intervalos, que equivalían a las 24 horas actuales.El día, considerado como el tiempo de luz natural, se dividía en 12 partes iguales, y la noche en otras 12. Las horas diurnas eran de duración más larga que las nocturnas y además cada intervalo variaba según la época del año.
ESTACIONES, SEGÚN EL NILO
El Nilo marcaba las estaciones según sus inundaciones, en tres estaciones de cuatro meses de duración cada una:
" Inundación o Akhet
" Siembra o Peret
" Maduración de la cosecha o Shemu.
La causa de la inundación era el hecho de que entre mayo y junio caen las lluvias monzónicas en la zona abisinia, con lo que aumenta el caudal de una de sus fuentes considerablemente, el Nilo Azul. En julio aumentaban las aguas y se desbordaba en agosto y septiembre. Durante esta época, en el Akhet, los campesinos trabajaban construyendo templos y pirámides.
En octubre comenzaba el peret, o siembra de los cultivos en las tierras que el Nilo había fertilizado, para cosechar entre marzo y junio, en el shemu, volviendo a comenzar de nuevo el ciclo.
la piedra rosetta
El texto contenido en la Piedra Rosetta corresponde a un decreto dictado por un consejo de sacerdotes e integra una serie de decretos que ratifican el culto real de Ptolomeo V, de 13 años de edad, en el primer aniversario de su coronación.
Soldados del ejército napoleónico descubrieron la Piedra Rosetta en 1799 mientras excavaban en los cimientos de un anexo de un fuerte cerca de la ciudad de el-Rashid (Rosetta). Ante la caída de Napoleón, la piedra pasó a manos de los Ingleses bajo el Tratado de Alejandría (1801) junto con otras antigüedades descubiertas por los franceses.
El científico francés Jean- François Champollion comprobó que los jeroglíficos reproducían el sonido del idioma egipcio y sentó las bases de nuestro conocimiento sobre el idioma y la cultura del antiguo Egipto.
Soldados del ejército napoleónico descubrieron la Piedra Rosetta en 1799 mientras excavaban en los cimientos de un anexo de un fuerte cerca de la ciudad de el-Rashid (Rosetta). Ante la caída de Napoleón, la piedra pasó a manos de los Ingleses bajo el Tratado de Alejandría (1801) junto con otras antigüedades descubiertas por los franceses.
El científico francés Jean- François Champollion comprobó que los jeroglíficos reproducían el sonido del idioma egipcio y sentó las bases de nuestro conocimiento sobre el idioma y la cultura del antiguo Egipto.
lunes, 5 de marzo de 2012
domingo, 4 de marzo de 2012
Ushebti
Ushebti es un término egipcio que significa «los que responden» y son pequeñas estatuas que se depositaban en la tumba del difunto, ya que los egipcios pensaban que estas estatuillas trabajarían para ellos en la otra vida.
En la parte delantera tenían escrito el capítulo VI del Libro de los Muertos que, recitándolo, "les dotaba de vida" y así podían trabajar en lugar del difunto.
El número de ushebtis depositados en las tumbas varió según la época e importancia del personaje. Algunos enterramientos del Imperio Nuevo poseían 365 ushebtis, o más, correspondientes a cada día del año; se encontraron más de cuatrocientos en la tumba del faraón Tutankamón , en la de Sethy más de setecientos, y en la de Taharqo más de un millar.
Los precedentes de estas estatuillas se encuentran en las primitivas prácticas de ejecuciones rituales. el faraón Dyer fue enterrado junto a su esposa, y en las inmediaciones se hallaron más de trescientos servidores.